Cinco días sin dormir y aún sintió que tenía algo importante que decir. Llamó al timbre y tras el sonido impaciente de unos tacones apareció Ella.
- Por favor, que no me molesten; me voy a echar un rato.
La enfermera, sonrisa amable, picadura letal, se encogió de hombros. Él, por fin durmió. Largo y tendido...
viernes, 17 de junio de 2011
Ssssshhhhh
Publicado por Iñaki en 10:44
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario