jueves, 25 de diciembre de 2008

Aguanieve

El copo de nieve fue aproximándose, ganando tamaño poco a poco, hasta que se estrelló en el cristal del coche. Desde el otro lado un conductor observaba su forma. Aquella que en detalle se mostraba intrincada, llena de canales, vías muertas y ramificaciones. Como un reflejo de él mismo. Algo que pronto resbalaría por el cristal convertido en agua. Simple y eternamente agua.

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