viernes, 30 de julio de 2010

Punto Ciego - Grotesquerie


© Fernando Rodríguez Durán - Exposición Punto Ciego - Anónimo 3

La Grotesquerie y La Elegancia, un equilibrio tan difícil de conseguir que, como cualquier juego de pirotecnia, te puede explotar en las manos. Pero no es éste el caso; mientras lo observo, el cuadro estalla en mi interior con agrado, se hace pedazos y, él solo, se vuelve a recomponer como si de una cola de lagartija se tratara. Y así queda en mi recuerdo, majestuoso. El caos calmo omnipresente como elemento de construcción y destrucción continua, reflejo y analogía del proceso de creación de una obra de arte.

Un cordel que ata amablemente a la mujer con el ave. La grulla, de nuevo lo majestuoso unido a lo grotesco. Un cordel que en el mismo momento en el que dejes de mirar el cuadro se tensará, rígido, por la mano impaciente y cruel de la dama. Y a continuación, mientras la catedral chilla de dolor, la grulla emitirá un leve quejido, completamente ajena a la tensión contenida que domina la escena.



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